"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


24 de mayo de 2013

Carta a Cándido de Voltaire, de Francisco Muñoz Soler


CARTA A CÁNDIDO DE VOLTAIRE


Cándido a ti que naciste en un paraíso de Wesfalia

que fuiste apartado de el

por conocer los olores del amor

correspondido de Cunegunda, flor inocente,

a ti, que te cubrieron con uniforme

por la fuerza de unos grillos

y por creerte el privilegio

de tu libre albedrío cual animal eres

te fustigaron a baquetazos generosamente

y al pedir la muerte hallaste clemencia

de un soberano que cuidaba celosamente

de ser justo con sus vasallos que mueren en batallas

llenas de heroicas matanzas engalanadas

por los cánticos del

Te-deum, incendios,

muchachas tomadas por héroes y saqueos.

A ti, que sobreviviste a las desventuras

de tempestades, naufragios, terremotos

y al sambenito en un auto de fe cristiana

donde te azotaron en cadencia con los cantos,

a ti, que mataste a pesar de tu condición

amable y apacible

por la ex flor inocente Cunegunda

y por salvar tu vida de manos de un inquisidor,

a ti, que huyendo del derecho público

a la justicia de los hombres cruzaste

el océano Atlántico hasta donde te siguieron

razón que te separó de tu flor silvestre.

Te refugiaste en el Paraguay de los padres

jesuitas, nobles gobernadores y celosos

guardianes de los bienes de Dios

en la tierra y de sus hijos a su libre entender,

de donde huiste bajo el ropón

de un reverendísimo padre coronel

que atravesaste hasta la guarnición

llevándote el olor de su noble sangre,

a ti, que gozaste el vivir del Dorado

donde se entonan solemnes alabanzas

en reverencia al Señor en armonía

lejos de hogueras, auto represiones y miedos,

donde existen inmensos edificios públicos

y carecen de tribunales de justicia

cárceles y establecimientos correctivos

para la moral de las personas,

a ti, que abandonaste el Dorado por la desmedida

ambición de ser más opulento que todos los reyes

esperando así tener la seguridad de no temer

a inquisidores y rescatar a Cunegunda,

a ti, que perdiste tu fabulosa fortuna

entre engaños de los hombres de mundo

y tu extremada y dulce ingenuidad

más te viste con tu idolatrada Cunegunda casado,

dime ahora que gozas acompañado

de tus seres queridos y cultivas la tierra

alejado del fastidio, el vicio y la necesidad

¿qué debe hacer para ser feliz, un hombre como yo?

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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.