"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


9 de julio de 2013

Chavela mía, de Eduardo Fernández Fernández

CHAVELA MIA

-I-
Por surcos de hiedra náhuatl tu herencia espolvoreas;
voz quebrada como granada en fragmentación,
Me regalas guitarra y de tequila el trago.
Cantemos a Luna de altiplano al son de coyotes;
bailan sus pelajes de cepillo sobre la tierra elotera.
Mezcal y tamales enchilan nuestros ojos,
ojos paridores de bruma, arman algazaras con tinieblas.
Yolanda y Eunice nunca olvidaron aquella noche.
Aldea con bríos de capital: charros destapados en el viejo “Balmoral”.
Mujeres levitan como cometas, sahumerios en hedores de suicidio.
¡Qué larga procesión del desamor!
Quizás Frida, eterna cavidad de angustias
te pinceló con entraña la mueca:
espectro protector de Coyoacán
-II-

Ave agorera, rasposa, viste tantas  membranas;
rasguemos venas de  indio y  español.
Te vengo soñando como  guerrera de Aztlán,
acrisolas sonrisas a golpes de obsiadana
Petrificas  savia que chorrea palpitando.
-III-
“Ponme la mano aquí,  Macorina”
Ay, mi Habana de arrabal, china y mulata en  su solar.
Ay,  cantinas parloteras con vahos de cabaret.
Ay, mujeres perseguidas.
Ay,  Safos depredantes en la  americana cintura.
Ay, venganza del alcohol.
Ay, del tabaco arrollador.
-IV-
México prohija si somos almas a destiempo.
Esperamos comer  con las cuerdas congeladas.
En ese túnel hurtamos al zarape esqueletos.
No valen homenajes, si el llanto hiede a ponzoñas:
acetatos  que vomitan siseos cual moho silencioso.
Fresco y mural  que carganos nonagenario escozor
¡Cuántos zopilotes de alas azuladas!
¿Vale  fama la ovación?
¡Ay,  “Movida encuerada”, tras franquista noche larga!
¡Ay , París que se agiganta para escucharnos temblor!

-V-
No somos de Babilonia, ni santos,
sino ofidios del sudor  que amamantan.
Salta del celuloide, digitalizada, voz de eternidad.
¡Gracias, Sabina!  ¡Gracias Almodóvar!  ¡Gracias Anáhuac!
Nada ya espanta en este desdoblaje del guión.
Eres tú, Chavela mía, irredenta compañera
que perdona  pecados, no ministras confesión.
¡Desfloremos el telón!
© Eduardo Vladímir Fernández,  agosto de 2012


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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.